Las piezas del eje y de la suspensión de las ruedas se catalogan en función de su ubicación más cercana a la parte delantera o trasera del chasis. Cuando un vehículo toma una curva, las gomas de la barra estabilizadora evitan que la carrocería se balancee. Los casquillos para el eje permiten pivotar sin atascarse. Por su parte, los brazos de control permiten el movimiento ascendente y descendente de las ruedas, pero prohíben el movimiento hacia delante y hacia atrás.
El fallo de las piezas en esta categoría suele estar relacionado con las condiciones meteorológicas imperantes, la antigüedad del vehículo, el comportamiento al volante y la calidad del firme. Con el tiempo, la propia goma empieza a desgastarse. Pueden observarse desgarros en la goma, y el deterioro gradual provocará la disminución del rendimiento. Entre los indicios de fallo se incluyen los informes de los conductores sobre ruidos de impacto, traqueteos o sacudidas y temblores al girar el volante.